Comenzamos alrededor de un pequeño horno en València trabajando unos pocos ingredientes, y literalmente con las manos en la masa, hemos ido creciendo poco a poco. Aunque no ha sido nada fácil.

Vivimos una riada que nos rompió literalmente. Solo nos quedaba volver a empezar, darle tiempo y confiar en lo que hacíamos. Con sus días buenos y sus días no tan buenos.

Después de la riada, volvimos a empezar con 9 trabajadoras y ahora ya somos 500 personas confiando en el proceso todos los días. Cada persona que pasa por Anitín nos hace crecer muchísimo.

Después de muchos años, logramos ser interproveedores de Mercadona con dos de nuestros productos más míticos: el pan con ajo y perejil y el pan con tomate y orégano. Y aquí nos rompimos a llorar, pero, esta vez, de alegría. Esto nos dejo llenitos de felicidad y a día de hoy puedes seguir encontrándonos en sus pasillos.

El estirado a mano forma parte de nuestra personalidad y lo haremos siempre con el mismo objetivo. Alimentar a miles de familias y acompañar a las personas en sus procesos diarios. Esa es nuestra razón de ser y lo va a ser ayer, hoy y siempre.